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EL AMIGO MARTÍN

Había quedado con dos amigos más y nos fuimos de farra, estábamos comprando la primera botella en la disco cuando uno de mis patas, Martín, vio a una conocida suya en otro grupo; al principio no nos hicimos paltas cuando Martín se acercó a saludarlos, aunque la verdad ninguno de los muchachos del otro grupo nos caían bien, sobretodo la conocida de Martín, porque siempre hablaba mal de él y de nosotros, pero bueno Martín era muy diplomático así que, ni modo.

La noche avanzaba, las copas iban y venían, desde el arranque Martín se mostró fiel a nuestro grupo, en una oportunidad que su “amiga” quiso llevárselo a ser parte de su coyera, Martín dijo que no y se quedó con nosotros. Acabada la botella de ron la nota en esa disco se ponía divertida, pero a Martín lo veíamos medio incomodo, su amiga, de rato en rato le lanzaba miradas sugestivas; pensamos que Martín estaba por caer, lo mejor en ese momento era irnos a otro lado. Se lo dijimos a Martin, el no dijo nada en ese momento pero su rostro dejaba notar que prefería quedarse, fue donde su conocida a despedirse, ella le susurro algo al oído y al regresar Martín nos dijo que prefería quedarse.
No seas huevón Martín- le dijimos - tú has venido con nosotros y debes irte con nosotros, corre y dile de una vez que te vas.
Mejor me voy con ustedes pero sin decir nada – alegó.
No, no Martín; vas donde ella y le dices que te iras con nosotros y luego nos vamos.
Después de decirle eso, Martín nos dijo que se iba al baño, aún lo seguimos esperando.

Martín sabe que puede cambiar el curso de la noche, Martín sabe que debe tomar una decisión, pero a Martín le incomoda que se lo anden repitiendo cada rato. Y aunque también le incomodan las sugestivas ofertas, Martín es un ser humano, tiene ambiciones, duda ante la oferta de divertirse y hacer lo que él quiere.

Martín tiene que hacer un análisis mucho más consciente de la situación, que aquellos que lo cuestionan o le mandan indirectas y le coquetean desfachatadamente, porque Martín es un hombre inteligente, porque Martín juró ante una bandera que el debería tomar la posta a falta del primero, sea cual fuere el motivo de tal circunstancia, pero Martín sabe también las consecuencias de matrimoniarse con una novia dudosa. 

Confío un poco en Martín, no tanto la verdad; a estas alturas no se puede confiar mucho en alguien que participa en las mismas esferas en las que participa Martín, pero Martín parece un buen chico; al menos parece que Martín está reflexionando, que está sopesando el ruido y los silencios y espero de corazón que también le está pidiendo a Dios algo de luz en medio de las tinieblas, porque Martín sabe que el primero ha fallado pero Martín no quiere fallar, solo queda esperar que ese mismo deseo de infalibilidad no sea la causa del desacierto.

PIÉNSALO MARTÍN, SAL DEL BAÑO Y QUE LA FIESTA CONTINÚE.

Roberto Álvaro

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