La Testa Ponderada

Que podríamos decir de los últimos días que nos ha tocado vivir como país; se podrían decir muchas cosas en realidad, muchas más quizás de las que queramos reconocer o mencionar;  las lluvias, inusualmente crueles, en el norte, nos han dejado con su estela una huella imborrable de terror ante las consecuencias de nuestra enemistad con la naturaleza. Es que somos enemigos de la naturaleza, venimos siéndolo durante mucho tiempo y esta enemistad no tiene visos de llegar pronto a un consenso de paz, por el contrario cada vez más la naturaleza está dispuesta a matar y a morir en su intento de perpetuar su condición y hacer valer sus propios derechos. Actuamos contra la naturaleza todos los días con saña, insania e irresponsabilidad; hemos invadido su territorio a mansalva, sin pedirle el permiso correspondiente y ella, en su afán de recuperar su espacio, arrastra con todo lo que en él se encuentra. ¿Es tan difícil entender que la naturaleza está a nuestra disposición para completar